El servicio de mamografía, a veces, genera en las pacientes (quizá debería decir “usuarias” dado de que se trata de personas sanas asintomáticas) cierto miedo que según la personalidad de cada uno puede llegar a ser verdadero pánico.
Hace unos días coincidieron dos o tres pacientes seguidas que venían con un miedo en el cuerpo tremendo. Una de ellas llegó a confesar que la noche previa no había podido dormir.
Incluso a mí me produce cierto respeto desde que me puse en el lado de paciente y visualicé mi propia mamografía. Para mí, son unos minutos de incertidumbre que, con mi carácter optimista y sabiendo que la mayoría de las mamografías no traen malas noticias, resuelvo sin gran problema.
Pero si me pongo en la piel de esas mujeres con diferente información, carácter, y con vivencias previas con el cáncer de mama que yo desconozco, entonces entiendo ese miedo irracional.
Una de estas mujeres al terminar su estudio de mamografía y ecografía y saber que todo estaba correcto me solicitó si podría preguntarme algo. ¡Cómo no! Le respondí. La paciente quería saber si la solución de Angelina Jolie o Bimba Bosé de someterse a una mastectomía de forma preventiva  no sería una buena idea para ella que pasaba tanto miedo con las mamografías.
La respuesta es fácil para mí. No tiene sentido una mastectomía preventiva en pacientes sin ningún riesgo acumulado de padecer cáncer de mama.

Mastectomía profiláctica o reductora de riesgo

La mastectomía de reducción de riesgo es una opción exclusiva para pacientes  a quienes ya se ha diagnosticado un alto riesgo alto de padecer cáncer de mama.

¿Qué mujeres son candidatas a una mastectomía profiláctica?

  • Generalmente son mujeres con un alto riesgo familiar. Son familias donde hay varios casos de cáncer de mama y/o ovario (al menos tres casos en la familia o dos casos con pacientes de menos de 40 años) o  cáncer de mama bilateral. En estos casos, lo más probable es que la mujer haya heredado una mutación genética en los genes BRCA1 y BRCA2, que suponen una probabilidad de padecer cáncer de mama del 60 y 80%.
  • Existen también algunos síndromes asociados  a un riesgo elevado a padecer cáncer de mama como el Síndrome de Cowmen o el Síndrome de Li-Fraumeni en relación a otras mutaciones de riesgo.
  • Pacientes que en su infancia o juventud hayan pasado por un tratamiento de radioterapia torácica (linfomas de Hodgkin generalmente).

La mastectomía reductora de riesgo puede ser una opción también para mujeres con riesgo moderado de padecer cáncer de mama aunque algunos lo consideran un exceso para estos casos. Son mujeres en las que se ha detectado la existencia de una lesión de riesgo como puede ser el carcinoma lobulillar in-situ (CLIS) o la hiperplasia atípica.
En todos estos casos es posible reducir este riego hasta un 90% (no existe el riesgo 0) mediante la extirpación de ambas mamas. Esta siempre es una decisión de la propia mujer, quién debe considerar si las secuelas físicas y psicológicas de la cirugía de extirpación de ambas mamas no sean mayores a la ansiedad del riesgo.
La mastectomía reductora de riesgo tiene escasos beneficios por encima de los 60 años incluso en mujeres con riesgo elevado, siendo sus mayores beneficios en las mujeres más jóvenes.
Existe una opción más conservadora para estas mujeres. El seguimiento mediante mamografía y resonancia magnética   ha demostrado igualmente ser eficiente para la supervivencia de estas mujeres con alto riesgo de padecer cáncer de mama.
 

Mujeres sin riesgo

Para todas las demás mujeres, la mastectomía  no es una opción recomendada debido a que no deja de ser una intervención agresiva que, a su vez, precisa de una reconstrucción no exenta de posibles  complicaciones y riesgos, además del probable sufrimiento psicológico de la mastectomía que no debe subestimarse.
Al fin y al cabo, 7 de cada 8 mujeres nunca padecerán cáncer de mama a lo largo de su vida  y el pánico no debe abocar a que ninguna mujer acabe con la medicalización de su miedo en forma de cirugía.
Actualmente, la mamografía supone una reducción del riesgo de mortalidad por cáncer de mama de un 30-40% y es importante estar atentos a cualquier síntoma que pueda llevar  a detectar un cáncer de mama para tener la oportunidad de un tratamiento eficaz y poco agresivo.
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El miedo a padecer cáncer de mama debemos canalizarlo con estas medidas de detección precoz además de llevar estilos de vida saludables. Dieta saludable y ejercicio físico han demostrado ser un factor protector para esta enfermedad. No debemos olvidarlo.
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