Merche es una técnico en diagnóstico por imagen que ha cambiado su carrera profesional a raíz de su experiencia como paciente de cáncer de mama. Hoy, después de una larga y continua formación en programación neurolinguística, coaching e inteligencia emocional, Merche se ha convertido en una paciente experta y en una integrante clave en nuestro equipo en su papel de soporte al paciente.
Esta semana me uno a la propuesta de #CarnavalSalud que propone como tema “El paciente como fuente de información y conocimiento en salud”. Ya hace un tiempo que escribí una entrada en el blog en relación a la aportación del paciente en el proceso asistencial: “Una paciente empoderada”.
En esta ocasión me ha parecido importante dar a conocer mi experiencia al poder incorporar al equipo a una paciente experta, empoderada o e-paciente. Esta es la historia de Merche. #CarnavalSalud
Un día, cuando apenas tenía 40 años, Merche tuvo que enfrentarse al cáncer de mama. A pesar de que tenía unos importantes antecedentes familiares, la noticia cayó como un jarro de agua fría en su vida. El cáncer de su madre había marcado su juventud y, ahora que disfrutaba de una vida familiar estable, irrumpía de nuevo en su vida.
Movida por su gran curiosidad, durante el tratamiento aprendió muchas cosas de su enfermedad y de la vida y, al volver de nuevo en la normalidad de su vida personal y laboral, decidió que quería compartir lo aprendido con otras personas que pasaran por sus mismas circunstancias. Se acercó a asociaciones pero no surgió la oportunidad de colaborar con ellas: son muchas de las personas supervivientes al cáncer que tiene ganas de compartir su experiencia. Merche tenía la firme voluntad de ayudar a los demás.
Ya hacía tiempo que me ocupaba personalmente de entregar el resultado de las biopsias que realizamos en el centro. En el momento del diagnóstico de un cáncer de mama, toda la vida de la paciente cambia radicalmente en un instante y es un momento que nunca podrán olvidar. Me parecía que acompañar a las pacientes en ese duelo e informarlas de lo que significa su enfermedad era de vital importancia.
Un día, tras hablar con una de mis pacientes que no encontraba consuelo tras la noticia, me pareció que conocer a alguien que había sobrevivido a la enfermedad podría ayudar.
Aunque Merche no pertenecía al equipo de la Unidad diagnóstico de mama, fui a buscarla y se la presenté. Las dejé un rato a solas y al volver había conseguido calmar a mi paciente.
Desde entonces, han pasado unos cuantos años y Merche forma ya parte importante de la Unidad de Mama. Los pacientes valoran positivamente su aportación y la recuerdan siempre con cariño gracias a la empatía que ella demuestra, como paciente experta, y que no podemos conseguir tan fácilmente los profesionales de la salud.
Continuará…
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