El cribado poblacional para el cáncer y, en concreto, la mamografía es algo que ha suscitado controversias y debates en los últimos años. Frente a quienes defienden que la mamografía es la mejor manera de evitar muertes por cáncer de mama hay a quienes les suscita dudas su verdadera eficacia y efectos indeseables de su uso.

Publicación reciente

En el pasado mes de Mayo  del 2020 se publicó una reciente investigación sobre el impacto que tiene participar en el cribado mamográfico independientemente de los tratamientos aplicados a las pacientes.

Medir el efecto de la mamografía es controvertido. El resultado de esa acción es a largo plazo. En el impacto influyen la tecnología que usamos para hacer estas mamografía y las novedades en las terapias para el tratamiento para el cáncer de mama y otros factores.

Es por eso, que era necesario tener datos de evidencia con población homogénea, con características similares que tuviera acceso a mismas oportunidades de tratamiento y expuestas o no a mamografías con tecnología actual y similar.

Todo cambia

En los últimos 20 años el panorama tecnológico en mamografía ha cambiado sustancialmente y, poco a poco, hemos ido abandonando la mamografía analógica en soporte de placa de radiografía. En la actualidad el estándar es la mamografía digital directa aunque aún pervive la mamografía digital indirecta. La tecnología más avanzada es la Tomosíntesis, que es una mamografía digital directa que recoge la imagen en 3D y la reproduce en pequeños cortes milimétricos de todo el grosor de la mama, similar a lo que hacemos con el escáner (TC).

Reto metodológico

Las controversias aparecidas respecto a la mamografía surge de estudios observacionales que observa el efecto de los programas de detección precoz respecto a la mortalidad en cáncer de mama. Eso implica que miden mortalidad en un cierto punto respecto a cánceres diagnosticados y tratados en diferentes años en escenarios diferentes, siendo esto un problema metodológico.

Por otro lado, las recientes mejoras en los tratamientos del cáncer de mama deben ser contempladas a la hora de valorar la necesidad de plantear un cribado poblacional para detección precoz del cáncer de mama. Se ha especulado sobre el interés en el diagnóstico precoz en relación a la mejora en los tratamientos actuales. Es decir, si los tratamientos actuales son más eficaces quizás no es necesario un diagnóstico precoz.¿Podemos esperar a que el cáncer de la cara y sea sintomático?

El estudio de Suecia de László Tabár.

En este estudio recientemente publicado por László Tabár en la revista Cancer, de la Sociedad Americana de Cáncer, se propone medir el impacto en la población de participar o no en un programa de cribado de cáncer de mama independientemente de las terapias recibidas. Para ello miden la incidencia de cáncer de mama con resultados fatales según fecha de diagnóstico y no de la fecha de fallecimiento en la población de Suecia, siendo esto un reto metodológico.

Metodología

En una población estudiada de 549.091 mujeres (un 30% aproximadamente de de la población sueca que es invitada al programa de cribado de cáncer de mama), los autores calcularon que los fallecimientos a 10 años del diagnóstico fueron 2473 y que el número de cánceres avanzados resultaron ser 9737. Estos datos se obtuvieron del registro de Suecia. Se recogieron las características de los tumores a través de los centros oncológicos regionales además de los datos agregados sobre la invitación al programa de cribado de cáncer de mama  y la participación en dicho programa.

Resultados

Los resultados del estudio mostraron que las mujeres que habían participado en el cribado con mamografía tuvieron una reducción estadísticamente significativa del 41% en el riesgo de fallecer por cáncer de mama a 10 años; así como un 25% menos de tasa de padecer un cáncer de mama en fases avanzadas. 

Conclusiones

Como conclusión se encontró que en aquellas mujeres que aceptaron hacerse la mamografía respecto a aquellas mujeres que no participaron en el screening se apreciaba una reducción sustancial en la tasa de presentación de fallecimientos por cánceres de mama a los 10 años de su diagnóstico, e igualmente en la tasa de tumores de mama avanzados. Estos datos parecen ser independientes respecto a los recientes avances en el tratamiento del cáncer de mama.

Hasta aquí simplemente la traducción en lenguaje para pacientes de este nuevo estudio.

Los programas de cribado de cáncer de mama además del beneficio particular de cada mujer suponen una fuente de conocimiento para el estudio del cáncer de mama. Mucha información que manejamos hoy en día se ha generado en los datos obtenidos de años y años de cribados como los que se han podido recopilar en este estudio.

Beneficios y riesgos

Muchas mujeres se someten regularmente al estudio de detección precoz para el cáncer de mama, es una decisión voluntaria. Las mujeres debemos conocer sus limitaciones y sus riesgos. Algunos autores contraponen la angustia generada por el proceso de diagnóstico como un efecto indeseado de la mamografía no aceptable. Sorprende que la manera de cuidar esa ansiedad generada sea evitar las mamografías en vez de acompañar en ese proceso para humanizarlo. Algunos proponen esta actitud como paternalista o sexista.

Las mujeres tienen derecho a decidir sobre su riesgo y no podemos, en nombre de ellas valorar esa angustia y compararla con el posible beneficio de detectar precozmente un cáncer. Son cuestiones diferentes que debemos trabajar para mejorar sensibilidad y especificidad del cribado.

Sabemos que la mamografía es la mejor herramienta pero no es perfecta. Conlleva investigar hallazgos que no serán cáncer generando biopsias innecesarias, precisa de radiación con el riesgo propio de las exploraciones radiológicas y en determinados casos, que no podemos diferenciar todavía, no permite evitar la mortalidad. Tampoco podemos saber si los tumores que detectamos pueden evitar ser tratados. Seguramente necesitamos conocer más la enfermedad y los programas de cribado son una de las fuentes de generación de conocimiento y evidencia.

No obstante es difícil pensar que la mejor alternativa a los defectos de la mamografía puedan ser dejar de buscar ese cáncer que sabemos que ocurrirá en una de cada 8 de nosotras y que ninguna deseamos encontrar en fases avanzadas. 

Te invito a elegir.