Cada año, el mes de octubre se transforma en el mes más rosa del año. El 19 de octubre celebramos con este color el Día Internacional Contra el Cáncer de Mama para difundir la importancia de la prevención y reivindicar más investigación que mejore la calidad de vida de las pacientes y evite pérdidas de vidas. Me enorgullece que, gracias a esta campaña, el cáncer de mama haya pasado de ser una enfermedad tabú, que muchas mujeres ocultaban incluso a sus propias familias, a ser una enfermedad con alto impacto mediático. Es por eso que cada año me sumo a este mes reivindicativo. 

El cáncer de mama y sus números

Una de cada 8 mujeres padeceremos esta enfermedad a lo largo de nuestra vida. El cáncer de mama es una enfermedad que se diagnostica en más de 30.000 mujeres cada año en España y por la que todavía fallecen anualmente unas 6.000 mujeres. Al margen de estas cifras, el 100% de las mujeres afectadas tienen alguna u otra secuela de por vida y la peor es la espada de Damocles de volver a recaer o incluso perder la vida que les acecha décadas después de su curación. No disponemos de ningún tratamiento que asegure que no van a recaer. Esa incertidumbre que les acompaña y que conocemos bien en las unidades de mama, es una secuela invisible.

El cáncer de mama no suele doler, pero el alma sí sufre

Cuando diagnosticas un cáncer de mama, las mujeres reciben un mazazo emocional, mezcla del miedo a perder la vida y de la incertidumbre por el impacto en calidad de vida que suponen algunos de los tratamientos. Ser testigo de ese momento me hace sentir obligada a proporcionar un acompañamiento emocional que dulcifique el momento. Te sientes como si estuvieras acudiendo al rescate de un herido en una catástrofe, no vale actuar respecto a la enfermedad si no consideras el sufrimiento emocional de esa mujer. Humanizar su proceso desde el diagnóstico es algo que me he propuesto como objetivo de vida.

Las unidades de mama en pandemia.

Existen ya datos publicados sobre el impacto del retraso de los programas de cribado en el año 2020. Dos meses en el retraso demostraron que dieron lugar a un aumento en el tamaño de los tumores encontrados y sobretodo un aumento significativo del número de tumores avanzados.

A día de hoy seguimos viendo cada día personas que han paralizado sus controles de salud desde el inicio de la pandemia. En este año 2021 todavía estamos por debajo de los niveles prepandemia. En nuestro caso hasta el 6% de las mujeres han dejado de acudir a su cita con la mamografía. El cáncer no puede quedarse en casa confinado, no lo permitas.

Sí, a favor de las donaciones para la investigación, no al mercadeo.

En cuanto al #Pinktober, esa campaña cada vez más mediática que tiñe de rosa nuestras vidas durante el mes de octubre, he de destacar un movimiento reciente por parte de las pacientes. Estamos detectando un rechazo por parte de las mujeres, y en especial de las pacientes, a la mercantilización de la campaña a favor del cáncer de mama. No quieren que acabe siendo un día como el de San Valentín u otra celebración comercial. Me sumo a esta reivindicación de dar visibilidad a esas mujeres que sufren el cáncer de mama en silencio y solicitar más investigación que acabe con la pérdida de miles de vidas anualmente y mejorar la calidad de vida de las supervivientes.

El cáncer de mama no es color de rosa

Otra de las demandas de estas mujeres es la necesidad de dar una visión menos rosa y más realista de la enfermedad. A algunas pacientes les parece que el color rosa endulza la enfermedad y esconde las mutilaciones, los meses donde no reconoces tu cuerpo y te horroriza verte al espejo, la pérdida de autoestima y muchas otras cosas que ocurren a diario en la intimidad de sus casas y que no trascienden en estas campañas. Es verdad que el cáncer de mama se puede curar en un porcentaje cercano al 80% de los casos, pero en el resto de mujeres que recaen o no se curan, la enfermedad sigue siendo una gran desconocida. 

Todo el mundo conoce a alguna mujer que ha padecido cáncer, pero la enfermedad metastásica resulta todavía un tabú en nuestra sociedad. Afortunadamente, los tratamientos actuales permiten sobrevivir con metástasis en ocasiones incluso una o varias décadas. Es en ese periodo, hasta que la enfermedad vence, en el que las pacientes se sienten más invisibles a la sociedad. Incluso familiares y amigos se sienten incómodos por la situación y desconocen cómo acercarse a ellas. Aprovechemos este mes para dar visibilidad a estas mujeres que son quienes en realidad necesitan de esa investigación que permita alargar sus vidas en cantidad y calidad. Su grito de guerra en las redes sociales: #másinvestigaciónparamásvida.

El cáncer de mama no es una enfermedad sólo de mujeres. Uno de cada 100 casos de cáncer de mama ocurre en el varón. Su diagnóstico y tratamiento son similares a los de las mujeres. Principalmente es un cáncer asociado a mutaciones de alto riesgo familiar. Ellos también se sienten invisibles en este día y no sienten que el rosa les represente por eso recientemente han creado la asociación INVI.

En resumen, me gustaría que el lazo rosa que lucimos este mes, sirva para dar visibilidad a todo eso que no es de color rosa en el cáncer de mama.

Dra. Pilar Manchón Gabás 

Especialistas en senologia 

Directora Médico Regional de Affidea España.