La mamografía es a día de hoy la exploración por excelencia para la detección temprana del cáncer de mama.

A pesar de las múltiples controversias que suscita esta prueba, no hay duda que la supervivencia del cáncer de mama y la calidad de vida de quienes lo padecen ha mejorado sustancialmente.
Miedo a la radiación
Hace unos días una de mis pacientes esperaba impaciente en el pasillo para realizase una ecografía de mama después de su mamografía.
Yo la veía nerviosa y pensé que le angustiaba la posibilidad de un diagnóstico de  una lesión mamaria. Al terminar la ecografía, cuando pude confirmar que tanto su mamografía y ecografía eran absolutamente normales,  me preguntó sobre la exposición a la radiación en la zona de espera junto a las máquinas de mamografía y RX .
Ella se alegró de saber que todo estaba absolutamente aislado de la radiación mediante paneles de plomo que recubren paredes y puertas. Además,  cada año se realizan estrictos controles de radiación tanto de las máquinas, en el interior  de las salas de exploración como en las zonas comunes del público y trabajadores.
A mi paciente también le gustó conocer que el personal que allí trabajamos llevamos un control estricto mensual de las dosis de radiación recibidas mediante un  pequeño dosímetro en nuestro bolsillo.
La mamografía supone una dosis muy baja
La dosis de radiación de la mamografía se considera muy baja. La dosis efectiva es de unos 0,4 mSv, lo que equivale a  la dosis natural recibida en unos 7 días de vida por las fuentes de la naturaleza (radiación cósmica, etc). Más información aquí
Por lo tanto, mediante una pequeña radiación podemos obtener un importante beneficio para nuestra calidad de vida y supervivencia.
No obstante, es importante tener en cuenta que no se ha demostrado riesgo de generar cáncer por mamografía en mujeres mayores de 40 años. Sin embargo  en mamas  de mujeres menores de 30 años debe evitarse estrictamente su radiación por considerarse tejido más sensible a la radiación.
La edad de inicio de los controles
El inicio de los controles por mamografía se recomiendan a partir de los 40 años con periodicidad anual. A partir de los 70 años por considerarse que desciende la velocidad de crecimiento de los tumores malignos podemos espaciar los controles a cada 2 años.
Es muy importante exigir que nuestra mamografía  sea una mamografía de calidad con equipos digitales preferentemente y sobretodo en una Unidad de expertos en patología mamaria.
Por tanto , la mamografía a pesar de ser un medio de diagnóstico que utiliza radiaciones ionizantes, SALVA VIDAS. Y un día puede ser la tuya.