A menudo me toca deshacer entuertos de diagnósticos realizados en servicios no especializados en patología mamaria. Casi siempre el argumento de acudir a este tipo de servicios es el mismo: «la proximidad y cercanía respecto a nuestro lugar de residencia». Y eso me subleva. Siempre pienso: “Si escogemos dónde comer la paella, ¿por qué no escoger quien cuida de nuestra salud?” Un diagnóstico de mama más certero es más probable si se realiza en una Unidad Especializada de Patología Mamaria, donde la actividad asistencial intensa y especializada de un equipo multidisciplinar permite reunir la experiencia suficiente para asegurar nuestros conocimientos. Ocurre igual que con la paella: la práctica hace al experto. Reconozco que en nuestro país no es muy frecuente informarse sobre la persona a quien confiamos nuestra salud. Recuerdo a un ginecólogo amigo mío que recientemente se sorprendía al preguntarle una paciente extranjera cuántos partos atendía al año. Y es verdad. En mi caso, sólo en contadas ocasiones alguna paciente me pregunta si realizamos muchas biopsias como la suya. La patología mamaria puede generar una ansiedad no merecida por un sobre diagnóstico o, por el contrario, puede generar una falsa sensación de seguridad si se acude por una molestia y no se descarta a tiempo una lesión maligna. Por eso las mujeres debemos elegir quién explora nuestras mamas para que en una sola visita disipen la duda o puedan poner en marcha el diagnóstico precoz de una lesión maligna. En Barcelona y en otras muchas ciudades tenemos grandes especialistas en esta disciplina con los que coincido en reuniones y congresos. En esas ocasiones me apasiona ver las últimas novedades y los trabajos de mis compañeros de los que intento aprender hasta el último detalle. Siempre se debe estar alerta ya que la patología mamaria nos puede engañar muchas veces. Nunca sabemos suficiente. Me gustaría ayudar ofreciendo unas claves para detectar una Unidad de expertos en Patología Mamaria:
- Poder realizarse una mamografía y ecografía en un mismo acto y a poder ser, por el mismo facultativo. En el caso de que sean dos especialistas distintos y en centros diferentes reduce la fiabilidad de la prueba considerablemente.
- Disponer de la posibilidad de realizarse una biopsia por cualquier método de imagen: ecografía, mamografía (estereotaxia) o resonancia magnética. La práctica de biopsias supone una pericia superior y añade conocimientos para luego aplicarlos en próximos diagnósticos. La variabilidad de los tumores hace que cuantos más puedas ver y comprobar con la biopsia más fácilmente los reconocerás con una imagen en el futuro.
- El equipo debe saber manejar también la técnica de resonancia magnética mamaria. La resonancia magnética es a día de hoy clave en el estudio de las patologías mamarias. Para el radiólogo de mama supone una nueva visión en tres dimensiones que le permite aproximarse más a la anatomía de la mama y de los tumores. Es importante que el radiólogo que informe la resonancia sea especialista en mama y que pueda comprobar realizando él mismo una ecografía o mamografía de revaloración y posible biopsia de las lesiones que se encuentren en la resonancia. Si esto no se hace de esta manera los informes inconexos de unos y otros radiólogos llevaran a la paciente y al médico que la refiere a un estado de incertidumbre sin fin.
- La tecnología también es importante. La mamografía digital es hoy en día requisito indispensable. Los equipos de ecografía de alta resolución que se encuentran en entornos especializados en ecografía por su elevado coste nos permite mejores diagnósticos que equipos más sencillos.
- La resonancia magnética debe estar dentro de un entorno de la unidad de mama con protocolos específicos y equipos dedicados para mama que puedan realizar biopsias si es necesario.
Mi recomendación siempre es informarse antes de elegir y no elegir por la distancia que hay desde el centro a nuestra casa. El camino más corto siempre es el de un experto.
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