Cada principio de año es un momento de reflexión. Mirar la vista a tras y revisar que nos ha dejado el año saliente. El 2019 ya os he contado en las redes sociales que ha sido mi año escalada. Esfuerzo hasta la cumbre y aprendizaje a toneladas. Este 2020 promete seguir siendo cañero, la vida es así en estos momentos. Vivimos en un mundo que arrastra y parece que ninguno somos capaces de dominarlo. ¿O sí?
La verdad es que 2020 suena mucho a futuro. Es un año redondo que nos regala un día más para deleitarlo. 366 días para cumplir tus sueños o para vivir sin respiro en la rueda de hámster en la que muchos parece que estamos metidos muchas veces.
 
Para este 2020 mi lista de retos anda repleta. Dar continuidad al proyecto de humanización de la radiología, nuevo proyecto profesional para Grup Manchón, hacer cambios en el blog, poner en marcha un proyecto de investigación….
 
Quizás os pase como a mi. El año parece que empieza y ya parece viejo.
 
Para este año mi propósito creo que será no tener propósito. Quizás si voy a tener un propósito.Mi propósito será cuidarme y adecuar esas cosas que tantas ganas tengo de emprender para vivirlas plenamente, pero aceptando la imperfección.
Para este nuevo año me pido orden, un orden que me de paz y que me permita vivir en el caos también. Por que la vida no puedes programarla y nunca sabes que te espera mañana.
 
A por la odisea del 2020. Zarpamos.