En esta semana especial, me gustaría recordar a mis heroínas, todas aquellas mujeres que han luchado contra el cáncer y que han compartido su historia conmigo.
El pasado domingo 19 de octubre, Día mundial contra el cáncer de mama, de nuevo fue una jornada en la que se distribuyó mucha e importante información respecto a dicha enfermedad. En nuestro centro, cada año es una jornada casi festiva. Con lacitos, apoyo a campañas y un recuerdo de nuestras pacientes.
En España se diagnostican cada año más de 22.000 nuevos casos de cáncer de mama. Afortunadamente los oncólogos han detectado que cada vez hay menos casos avanzados en el momento del diagnóstico gracias a el diagnóstico precoz.
La mamografía, a pesar de ser un método mejorable, es la mejor herramienta que disponemos para el diagnóstico precoz. Es importante que nuestros diagnósticos sean cada vez más precisos y la tecnología nos va a ayudar mucho en el futuro.
De todas maneras ese aluvión de datos que vemos estos días resultan fríos. Las estadísticas siempre lo son.
Mis heroínas.
Cada año en este día no puedo más que recordar a mis heroínas. Son las personas que hay detrás de las estadísticas, con nombre propio y una historia personaly a las que no podemos olvidar.
Me gusta recordar a esas mujeres que han luchado y vencido. Son muchas. Algunas las tengo cerca y otras las sigo viendo en los controles con el miedo a volver a recaer.
Detrás de todas ellas hay una historia:
Como la de Marta, que recibió su diagnóstico cuando estaba a punto de trasladarse a vivir al otro lado del mundo y cambió sus planes de vida. Recuerdo que le preocupaba su mascota con la que debía viajar.
María tenía unas vacaciones de un mes por Indonesia y la semana antes, en un control rutinario, el cáncer se cruzo en su camino. ¾Habrá más viajes¾, me dijo al conocer su diagnóstico. Sus vacaciones quedaron suspendidas pero ha recuperado su vida.
Una Navidad, Ingrid se encontró con sólo 33 años y dos hijos pequeños que tenía un cáncer de mama. Han pasado los años. Ella está estupenda a pesar de la cirugía pero nunca olvidará esa Navidad.
Recuerdo también a Olga que recibió su diagnóstico poco después de perder a su pequeño hijo y pensó que ella tampoco sobreviviría. Ahora vuelve a sonreír al ver que la enfermedad no siempre gana.
A Ana le llegó su diagnóstico después del verano, con sólo 36 años y una hija de 3 años. Ahora valora muchas cosas de otra manera y ha incorporado el pelo corto a su look. Está muy guapa.
Algunas de mis heroínas de este año todavía están acabando el tratamiento como Patt que no ha dejado de trabajar hasta casi completar su quimioterapia y pronto volverá a sonreír.
Todas ellas han aprendido a vivir de nuevo de otra manera, como Merche que ha cambiado su orientación profesional para poder ayudar a mujeres como ella. Estudia mucho pero lo más importante lo aprendió durante su enfermedad.
Una mención especial para mis heroínas autónomas. Ellas además del miedo a la enfermedad ven como su trabajo y modus vivendi peligra.
A veces me cuesta recordar el nombre completo pero sus historias me ayudan a reconocerlas cuando me reencuentro con ellas.
Mi lista es interminable. Me gustaría poder nombrarlas a todas y no olvidar a ninguna. Por eso en estos días pienso en ellas, en mis heroínas. Me alegra haber compartido un cachito de su historia y que me ayuden a valorar la vida de otro modo.
Aquí tus heroínas Merche y Patt, con sonrisa de tontas y el rímel corrido.
Gracias por cuidarnos.
Un besazo!
No tenéis que darme las gracias por nada. Sin vosotras que poco sabría yo. Un beso grande para las dos.