Hoy quiero hablaros de un concepto que me preocupa. El desgaste profesional en radiología.

Desgaste profesional

El concepto de desgaste profesional o burnout es un concepto relativamente joven. Se describe por primera vez en 1976.  Christina Maslach y Susan E. Jackson en 1986  definen este síndrome siendo su definición la más aceptada:

“El síndrome de Burnout es una respuesta inadecuada a un estrés emocional crónico cuyos rasgos principales son: un agotamiento físico y psicológico o emocional, una actitud fría y despersonalizada en la relación con los demás y un sentimiento de inadecuación para las tareas que se han de realizar”. 

Leyendo esta definición no hay duda que la seguridad del paciente y del propio profesional se comprometen cuando aparece este síndrome.

Burnout en el profesional sanitario y en la radiología 

Los profesionales sanitarios presentan elevadas tasas de desgaste profesional. Quizás tenga que ver con su alta motivación vocacional y el choque que supone aterrizar en la realidad. Una realidad con alta exposición a situaciones emocionales dolorosas, masificación de los servicios para acceder a la máxima población posible  y quizás con escasa capacidad de gestión. La radiología es la séptima de las especialidades el ranking de burnout. El servicio de radiología es un servicio con alta incidencia de burnout a pesar de su baja exposición a la fatiga por compasión. 
Alrededor del 50% de los radiólogos experimentan este desgaste profesional y en el colectivo de técnicos especialistas en imagen la incidencia del burnout es igualmente superior al 30%.
Hay una serie de características propias del servicio de radiología que pueden llevar a ser factores de riesgo de burnout en radiología:

  • Incremento de la carga de trabajo y escaso tiempo con el paciente

El servicio de radiología es un servicio central con creciente demanda de trabajo, gran número de servicios no planificados y de alta velocidad. La necesidad de no generar listas de espera y la comodización de los estudios de imagen han contribuido a la masificación y la transformación del trabajo en un trabajo industrializado, despersonalizado.  Asimismo, se disponen de escasos minutos con el paciente fomentando la despersonalización.

  • Aumento de la complejidad del flujo de trabajo

El desarrollo de nuevas tecnologías ha contribuido al aumento de la complejidad de los flujos de trabajo. Un mayor número de imágenes por caso, posibilidades de comparar con estudios previos, manejo de distintos entornos tecnológicos (Historia clínica electrónica, PACS (gestor y almacén de imágenes), estaciones de post-proceso, reconocimiento de voz, informes estructurados…
Esta tecnología además se caracteriza por un constante cambio y necesidad constante de adaptación a los nuevos entornos no diseñados para el usuario final. Actualmente se requieren altas habilidades para el manejo de entorno de las IT no contemplado en formación básica de la especialidad.
El servicio de radiología sirve a diferentes especialidades liderando los avances de muchas de ellas. Esto obliga a una continua actualización de conocimientos para no quedar obsoletos en unos pocos años.

  • Escasa comunicación con compañeros, médicos peticionarios y pacientes

La falta de comunicación en el caso del radiólogo es más preocupante que en el de los técnicos. Su necesidad de alta concentración para generar en escasos minutos un informe manejando gran numero de datos e imágenes de un solo paciente, reduce su tiempo para comunicarse con compañeros y clínicos. En el caso de los pacientes su relación es escasa excepto en ecografía e intervencionismo. Este reducido contacto con el paciente reduce el engagement y no se beneficia de la satisfacción por compasión al no tener vinculación directa con el paciente. 
En el caso de los técnicos muchas veces tiene escaso feedback de su trabajo por parte del radiólogo o viceversa, siendo esto un factor de despersonalización. Su posibilidad de comunicación con el paciente es alta, pero puede llegar a ser escasa por el escaso tiempo de exploración y falta de consciencia de ser los ojos, la voz y las manos del radiólogo. Un mejor trabajo en equipo aumentaría esa comunicación.

  • Perdida de control y autonomía

Los servicios de radiología son servicios con un gran número de personas coordinadas para un trabajo en cadena y fragmentado. La falta de formación del técnico radiólogo contribuye a una sensación de pérdida de control y autonomía. La tecnología actual no se corresponde con su formación encontrándose disparidad de perfiles profesionales. Desde el mero disparador de imágenes (aprieta botones) a perfiles altamente motivados que se forman de manera autodidacta y forman parte del equipo del radiólogo. En el caso del radiólogo, el escaso número de especialistas, el crecimiento del  número de estudios y de imágenes por estudio hace que no disponga de mucho tiempo para autogestionar su jornada laboral. 

  • Trabajo sedentario y en ambiente ausente de luz natural o con elevado ruido ambiental (resonancia)

El trabajo de radiología es un trabajo sedentario de muchas horas sentado frente a una pantalla de ordenador siendo este un factor de detrimento de la salud del profesional.

El cuidado del profesional en radiología 

Son múltiples las estrategias que permitirían evitar el desgaste profesional en radiología. Estamos ante un problema complejo. A mi parecer, hay varias necesidades que precisan ser subsanadas con prioridad.

  • Mejora en el trabajo en equipo entre radiólogo y técnico siendo necesario un mayor grado de conocimientos médicos por parte del técnico. En el resto de Europa su formación es de grado universitario. El papel del técnico como asistente del radiólogo contribuiría a aumentar su engagement y disminuir el desgaste del radiólogo.
  • Optimizar las tareas repetitivas y burocráticas mediante la tecnología al servicio de las personas diseñada para ello. La inteligencia artificial puede ser una gran oportunidad.
  • Involucrar al radiólogo en el curso de la resolución de la enfermedad del paciente aumentando sus tareas de comunicación con pacientes y familiares, así como con el clínico. Fomentar las técnicas intervencionistas diagnósticas y terapéuticas que aumentan la satisfacción por compasión.
  • Los servicios de radiología son cada vez servicios más extensos y complejos. Fomentar la participación en la gestión del servicio puede dar lugar a servicios más humanos.
  • Tomar conciencia del valor de un estudio de imagen en la gestión de la recuperación de la salud de los pacientes puede ayudar a sentirse más satisfecho por el trabajo. Para ello me parece importante fomentar la participación en sesiones clínicas multidisciplinares, comités de tumores y formación continua.
  • El cuidado de los espacios de trabajo es tendencia en cualquier sector laboral. En radiología son muchas las mejoras que pueden valorarse . En especial destaca la ausencia de luz natural. Se trata de servicios en sótanos y espacios de diagnóstico con escasa luz para poder adecuar la visión a las imágenes médicas.

El reto de este mes es para los profesionales: cuídate, cuídalos.

Con todo lo que os he propuesto podría hacerse un compendio sobre el desgaste profesional pero este espacio pretende simplemente lanzar un pequeño reto que contribuya a la seguridad del paciente y el profesional de la radiología.
Esta vez voy a pedir que os cuidéis. Observar los síntomas de desgaste, conocer el síndrome, saber que esa despersonalización es un peligro, un peligro para ti pero también para los pacientes.
Hay mucho trabajo para hacer en los servicios pero hay que empezar por cuidarse a uno mismo. Trabajar ese sentimiento que desmotiva o que agota. Hoy te pido que te cuides y que cuides a aquellos que trabajan a tu lado. No dejes que se instaure en ti la desilusión ni el cansancio.
En los últimos años ha aparecido un proyecto de formación profesional en radiología que pretende reenganchar a los asistentes con su profesión. Se trata de BoxCamp Radiología. En esta nueva formación se habla de temas de liderazgo, investigación, design thinking y humanización de la radiología. Los asistentes salen con energías renovadas. Quizás la formación orientada al cuidado del profesional no es algo muy común pero deberíamos ir pensando en incorporarlo a nuestros planes de formación. ¿Qué te parece?

Resumen de los retos hasta ahora propuestos para aumentar la seguridad de los pacientes en el servicio de radiología:

  1. Verifica el nombre del paciente y la prueba a realizar.
  2. Conoce las reacciones adversas a los contrastes y su posible tratamiento.
  3. Traslada toda la información relevante en el cambio de turno. ¡Por escrito mejor!
  4. Respeto, no más interrupciones en el momento del informe del radiólogo.
  5. Por una radiología sin caídas accidentales.
  6. Detectar y comunicar hallazgos inesperados 
  7. Cada imagen en su archivo.
  8. El lavado de manos en radiología.

¡Hoy de nuevo te pido que compartas este post  si te ha parecido interesante! ¿Me ayudas?
Por un servicio de radiología más seguro para pacientes y profesionales.
!Te deseo un feliz reto!

Pilar Manchón
Directora Asistencial de Grup Manchón Radiología